martes, 31 de marzo de 2009

Mi primer novio.

Las tardecitas de Buenos Aires tiene ese qué sé yo, ¿viste?
Salgo de una oficina por Chacabuco, lo de siempre en la calle y en mí,
cuando de repente, en la parada del bondi, se aparece él… (Perdón, Horacio Ferrer)



Salí de hacer un trámite y en lugar de ir para la izquierda, tomé para la derecha. Caminé una cuadra y al pasar al lado del hombre que me miraba de lejos, lo miré. En realidad miré el color de pelo, un rubio dorado intenso (muy intenso), como iba atrincherada detrás de mis anteojos negros, el tipo no sabe que miré, entonces ¡crash! miro sus ojos, (esos ojos los conozco, pensé) y cuando vi la totalidad de la cara, sonó un alerta dentro mío que repetía: “EsJorge” “EsJorge”. Al llegar a la esquina, lo volví a mirar y sí, me estaba mirando. “EsJorge” seguía repitiendo mi alerta, con lo cual, aceleré el paso.
Jorge fui mi primer novio. Nos conocimos en los bailes del club de mi barrio, a los que me llevaba mi vieja. Ella estaba convencida que con su presencia ningún atorrante se acercaría. ¿Hace falta que diga que mi estimada madre se equivocó?
Si había un atorrante en ése lugar era Jorge y Jorge no solo se animó a sacarme a bailar. Fue mi novio oficial durante dos años. A mi novio no le gustaba estudiar, claro que tampoco le gustaba trabajar; era fija que a mis viejos no le gustara mi novio. Para tranquilizarlos se dedicó a vender curitas en el subte, eso logró que mi vieja lo saque a patadas de casa, eso y enterarse por una vecina que “ese chico que sale con su nena vende droga, Doña Rosa”.
Con el paso de los años acepté como ciertas las últimas palabras que me dijo Jorge: “Vos fuiste lo único verdadero en mi vida”. ¡Claro! ¡Porque cuando no estaba conmigo vivía alucinado!!!
Lo volví a ver algunos años después, en un restaurante, pero su hermoso pelo oscuro había mutado en un rubio dorado extraño (muy extraño). Yo me zambullí en una ensalada de zanahoria y huevo duro, pero noté su mirada de siberiano que me taladraba la nuca. Igual que hoy, al cruzar Avenida de Mayo, sentí la mirada azul hielo en mi espalda mientras intentaba llegar a la otra vereda.
No creo que sea lector de Blog, pero si llegara o llegase a pasar por acá no está mal que se entere: ese rubio dorado intenso (muy intenso) te queda como el tujes y, sí, la que casi muere aplastada por un bondi de la línea 86 ante tu mirada de vaca azul, era yo.
Así que aquellos que afirman que el primer amor se recuerda con cariño, conmigo tienen una excepción. Además, lo que puede ser fundamental en otras personas, por ejemplo el hecho de no ir para la izquierda, la decisión de tomar para la derecha a mí me sirve para un po(u)st perfectamente olvidable, mientras otros escriben un maravilloso cuento o filman una estupenda película.
Voy a tener que sentarme con mi inspiración, mirarla a los ojos y mandarla (sin ningún respeto) al carajo.

SFW
03/09

miércoles, 25 de marzo de 2009

Acciones y signos

Prefiero las acciones
arrojo mi baúl repleto de palabras
en un mar que acierta castigos.
Prefiero los signos
misteriosos elementos que asoman
cada tanto
en la cara de los hombres
en su forma de mirar
o de callar
Mágico idioma
capaz de llegar
donde la inteligencia sola
jamás ingresa.
Por eso
construyo laberintos
¿podrás encontrarme?
Las palabras habitan un lugar
lo que quiero decir
cualquier otro.

SFW
03/09

jueves, 19 de marzo de 2009

Ninguno.

Ahora que ya no quiero, recuerdo como los quise a todos.
No me detengo en ninguno; no es necesario detenerse para recordar cuanto insinuaba cuando los quería, como las horas eran estorbo si no estaban conmigo, como los abrazaba al darles la bienvenida.
Ahora que ya no quiero, me parece imposible haber querido a alguno de ellos.
Que la piel de esos hombres me encendiera. Que me afectaran las palabras de los hombres que amé. Algunos no mintieron, es verdad. Otros me quieren todavía, es cierto.
Pero, ahora que ya no quiero, han dejado de importar esas diferencias. La lejanía disuelve líneas divisorias y todos pasan a ser uno, ahora que ya no quiero a ninguno.


SFW
03/09