miércoles, 21 de diciembre de 2005

FELIZ NAVIDAD




Dejarles saludos navideños y deseos de un año nuevo lleno de dicha y felicidad alguna vez me pareció un acto estúpido. Me justificaba diciendo que eran festividades inverosímiles y, argumentaba que las vírgenes dieron a luz tan raramente en los comienzos de nuestra era como por estos días. Me la agarraba con la religión, porque ordena creer en cosas imposibles y contradictorias además de amenazar con llamas eternas al que tiene sentido común. Me gustaba decir que creía en la memoria y en los cajones azules donde se guardan, en el alma, las amistades pero, han pasado días, semanas, años y algunas amistades que guardaba ya no estan. Otras me olvidaron y las fiestas regresan siempre. Me siguen gustando poco y elijo pasarlas sin familiares. Flopo cena conmigo en Navidad y después se junta con sus amigos. En Año Nuevo viaja a Tandil. A mis viejos los llamo por teléfono y nos juntamos a cenar cualquier otro día, pero no en éstos días festivos porque no tengo auto y se complica llegar a su casa y regresar a la mía se complica más... sobre todo cuando a las 00.10 quieren acostarse y no hay un puto remís que me rescate. Con lo cual me quedo en casa. Con mi hija y con mi perro. Saludo al vecino en el balcón mientras miro los fuegos artificiales. Saludo al negro por teléfono, brindo con las estrellas y listo.

No extraño las reuniones, solo extraño el mar.

Ya no me parece un acto estúpido dejar saludos navideños pero, sepan comprender, algo de aquellos pensamientos llevo conmigo, por eso la primera imagen que habita en mi Blog es la que está más arriba.

Besos estrellados.

lunes, 19 de diciembre de 2005

ALGO

Algo que llevo dentro no escucha razones. Expulsa imposibles, disuelve palabras. Algo que no tiene nombre apunta y fulmina destinos con sombras.

Es un sonar de alarma en el alma, un ardor de alertas, un certero golpe en la mirada, un cambio en el tono de la voz lo que construye despedidas.

Entonces, dejo de ser la que descifra el idioma de las almas. Me repliego en todas las trincheras que supe construir. Disparo sospechas, fusilo lágrimas para arrinconar confianzas y proteger las ganas de soñar.

martes, 13 de diciembre de 2005

SABOR AMARGO

Su hombre habla del sabor amargo que deja la bronca.
Ella escucha, intenta comprender. Después se despiden con un beso, pero la mujer escribe en un cuaderno de tapas duras, que la acompaña por las noches: “los sabores amargos pueden anidar en la memoria; quedarse aletargados conviviendo con nosotros. Es necesario que una certeza los saque de su escondite. Es imprescindible que una traición los dirija para que nos invadan sin permiso. Puede que juguemos a ignorarlos. Puede que nos enlute la risa. No es fácil convivir con ellos pero si alguna vez logramos encerrarlos, no será imposible aislarlos otra vez. Ojalá cuentes conmigo para mostrarle a ése sabor amargo el camino de retirada. Ojalá te siga enamorando mi mirar y la simpleza de los sábados muden el sabor y, casi sin darte cuenta, recuperes la dulzura. Ojalá sigamos siendo la esperanza que llega, que alcanza.”
Tal vez entregue sus palabras. Tal vez las guarde junto a las otras, las que sólo para ella existen. No quiere imaginar finales. Que se acaben sus tiempos y las ganas de ser tiempo.
Cuando llora, suele pensar que el despertar alejados se acerca. No tiene palabras para desviar ése temor. Por eso las lágrimas. Pero él se muerde el labio y ella ríe. Comprueba con su risa que pueden seguir soñando.
Ella sabe que el futuro es un sitio lejano que los aguarda en silencio. Algo así como una mezcla de pasado con miedo más un desafío a rescatar alegrías y, no puede dejar de ir ni quiere.
Intenta alejar broncas y desterrar amarguras.
Si él la acompaña, tal vez, despertar no sea tan malo.

miércoles, 7 de diciembre de 2005

FALLIDO INTENTO DE EXORCIZAR CANSANCIOS

La escritora deshace un jazmín en una noche de verano. Esparce en el suelo los pétalos ajados. Los pisa al ritmo de antiguos rencores y no será el dolor sino la esperanza (se dice) quien abra su boca para masticar odios y algunas traiciones.
Necesita silencio y algunas lágrimas de estreno.
Otra armonía la visita desde los lugares del pasado. Otra música la empuja hacia la calle. Regresa al barrio de adoquín y de rayuelas, ha pasado tiempo desde entonces. Tiempo que no sabe de minutos ni de días. Tiempo que lleva las valijas repletas de destiempo. Ha pasado sin luces, en puntas de pie y la escritora no pudo reconocerlo, perdida en un continúo movimiento de relojes. No pudo, entonces, saberse derrotada.
Se entretiene siendo otra. La que apenas se inicia la batalla levanta un puñal y corta engaños. La escritora omite la gramática y convierte en defectos sus virtudes. Ella quiere escribir ensoñaciones, asomarse a realidades paralelas. Salta el tiempo, se acurruca en los rincones, pinta con otoños los balcones y esconde primaveras en su cama. Salta el tiempo y llega al final de los finales. Guarda en el ambiente anticipos de tormenta y el viento le regala su canto en las alturas.

A lo lejos, las Diosas fuman los destinos...

jueves, 1 de diciembre de 2005

EL MARGEN

Descalza camino por los márgenes de tu vida.
A veces es una danza que bailás en mi cintura. A veces me deslizo en puntas de pie para que sólo percibas mi esencia y sigas con tu círculo y tus broncas.
Caminar en el margen es inaugurar la madrugada en tu persona, alejarme de antiguos ritos, anotar en la piel los regresos.
El margen de tu vida limita con la orilla de tu alma; no es raro, entonces, desenterrar en tus ojos el brillo de la infancia y descubrir en tus silencios al que querés dejar atrás.
Pero a veces me pregunto si mis palabras son mensajes gastados, botellas tiradas al mar que no siempre llegan.
En días como estos regreso del margen ensimismada y sospecho que lo mejor es mirar los parques tristes del camino de regreso. Las nubes silenciosas y rojas de deseo, esas cosas que de repente nos rodean pero nos abandonan.