jueves, 1 de diciembre de 2005

EL MARGEN

Descalza camino por los márgenes de tu vida.
A veces es una danza que bailás en mi cintura. A veces me deslizo en puntas de pie para que sólo percibas mi esencia y sigas con tu círculo y tus broncas.
Caminar en el margen es inaugurar la madrugada en tu persona, alejarme de antiguos ritos, anotar en la piel los regresos.
El margen de tu vida limita con la orilla de tu alma; no es raro, entonces, desenterrar en tus ojos el brillo de la infancia y descubrir en tus silencios al que querés dejar atrás.
Pero a veces me pregunto si mis palabras son mensajes gastados, botellas tiradas al mar que no siempre llegan.
En días como estos regreso del margen ensimismada y sospecho que lo mejor es mirar los parques tristes del camino de regreso. Las nubes silenciosas y rojas de deseo, esas cosas que de repente nos rodean pero nos abandonan.

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