viernes, 9 de mayo de 2014

Aceptar y empezar, otra vez.


Hay que dejarlos ir. Están muertos. Recordarlos no tiene nada que ver con retenerlos, con no seguir con mi vida porque charlar con ellos sobre mis miedos o alegrías es algo que nunca (en todo lo que la palabra implica), sucederá. Aceptar y despedirlos con nuevas lágrimas e intentar que sean las definitivas. Lograr hablar de ellos sin que se quiebre mi voz. Ya no están conmigo para encontrar sus voces del otro lado del teléfono. Para pelearme o abrazarlos. Para comprenderlos, para perdonarlos. Hicieron lo que pudieron. No les resultó del todo mal aunque muy lejos están de haber triunfado si es que alguien alguna vez triunfó en algo para no caer derrotado después). Es hora de crecer. Avancé en la fila, la próxima puedo ser yo. La muerte no es algo que se pueda evitar. Demorar, puede ser. Hacerle alguna gambeta, también; como esta cosa de escribir para dejar escapar en un suspiro algo parecido a un adiós.

SFW