viernes, 30 de marzo de 2007

Simplezas

Me gusta la lluvia.
Me gusta caminar por veredas mojadas, pisar los charcos, mirar el cielo y permitir a las gotas mojar mi cara.
Me gusta observar a la gente cuando llueve.
Los que corren; los que con su paraguas inventan epopeyas porteñas tratando de salvar o condenar a otros paraguas que protegen a personas que, quizá, necesiten ser salvadas o condenadas.
Me gusta ver a los adolescentes empapados, sin protección alguna, desafiando la tormenta como desafían a los relojes.
Me gusta el cielo gris, las nubes enojadas, la garúa que acompaña mi mirada.

martes, 27 de marzo de 2007

Calles

Camino por calles
deben tener un nombre
pero como no existo
desaparecen
bajo los pies de alguna
que insiste en habitarme.

martes, 20 de marzo de 2007

Otra vez...

No me gusta esperar. Detesto depender de horarios, de almanaques; perder en esa espera todo un tiempo donde lo maravilloso estuvo al alcance de la mano.
No puedo ser la que ya no soy.
Aquella ya no está conmigo. Me dejó una carta como despedida, solo recuerdo que intentó decirme que por esperar el tiempo en que se podría, perdí el tiempo en que se pudo.
La dejé ir.
Un ser repleto de tristezas, doctorado en melancolía y ausencias ocupa su lugar. Aburrida hasta el centro exacto del hartazgo. Cazadora cazada por su pasión. Infectada de sentimentalismo. Solidaria patética de naufragios.
Alguna vez creyó que ser feliz no era utopía.
Nació una tarde de febrero, allá por el 2005; los meses esconden claves que sólo descubre cuando ya es tarde, cuando escucha la carcajada de su propia desolación.
Se perdió en un presente que comienza a parecerse a demasiados ayeres.
Ella, que supo romper corazas con la risa, hoy se aburre de palabras, de confianzas; maldice su fragilidad y está comenzando a burlarse de aquellas dudas que, alguna vez, la motivaron y casi la ayudaron a volar.
No será salvada. Ahora lo sabe.
Espero que se aleje. Que envíe alguna carta con una clave que descifraré cuando, otra vez, sea otra.

lunes, 12 de marzo de 2007

Shunsho


“Aceptar” es la palabra que debiera regirme estos días.
Así como algunos se guían por el zodíaco o las runas, yo me aferro a palabras.
No sirve, claro.
Entones “aceptar” deja de tener sentido y se convierte en una puteada, en un dolor, en ausencia.
Dejé de visitar la casa de mi viejo cuando murió pero no puedo dejar de visitar mi casa. Entonces es imposible no recordarlo, entonces las compuertas se abren y solo miro a través de mis lágrimas.
Alguna vez me dijeron que no tenía grandes dolores.
Ahora los tengo.
No me han enseñado nada estos dolores. El dolor no enseña. El dolor marca símbolos absurdos en nosotros.
No sé refugiarme en Dios, ni en Cristo ni en San Peperino.
La muerte es una traición. Un error de fábrica. Una soberana pelotudéz.
Lo único que crece dentro de mi es rencor, bronca, fastidio.
La aceptación no rige mis horas.
Vivir cada vez me resulta más pesado, más aburrido.
Si antes pensaba que estaba de más, ahora lo compruebo.
¿Qué hago con todo este dolor?
¿Qué hago con todo el tiempo que iba a disfrutar de Shunsho y que, simplemente, desapareció?
Acepté el BASTA de mi viejo. Acepté sus años en los míos. Casi acepté su partida.
Pero no acepto la muerte de mi perro. Era casi un cachorro. Tenía alma de cachorro.
Abro la puerta de mi casa y me quiero ir.
Intento con Flopo una sonrisa, pero no me sale demasiado bien. No quiero hablar con ella sobre lo que siento porque ella debe sentir lo mismo, pero no lo dice. No quiere hablar. Respeto su silencio. Cada uno lleva la tristeza como puede.
Yo no puedo.
Por eso en este rincón, éstas palabras.
Quizá escupir lo que siento sirva. Tengo, para variar, mis serias dudas y cuando mis dudas se ponen serias, se visten de luto.

jueves, 8 de marzo de 2007

Punta del Este. (I)

Muy lindo Punta del Este. Demasiado. Da como bronca volver.
Soy de mirar paisajes, soy de respirar aire puro y disfrutar el aroma de los pinares. De bañarme en el mar mientras dialogo con el. Soy de agarrar un puñado de arena y perderme dentro de mi cabeza mientras la dejo escurrir entre mis dedos.
Pero soy más cuando me puede un abrazo, cuando me reconozco en una sonrisa, cuando comparto un cigarrillo, cuando camino junto a los que quiero.
Cuando viajé a Montevideo para escuchar a la Canoura, (http://www.lauracanoura.com.uy/blog/) cuando la abracé, cuando sentí su abrazo, no se necesitaron palabras. Cuando Paloma saltó de su silla y Luly y Lacafana me invitaron a su mesa, la clave fue la risa; la emoción; la mágica voz de Laura envolviéndonos en guiños cómplices; en mis codazos a Laca seguidos de más risas y más abrazos y, de nuevo, la risa de mi amiga desde otra mesa con su marido (viejo admirador de Laura Canoura, y verla tan cerca era cumplir un sueño), y esa otra amiga que conocí en Punta, llamada Delicia y haciéndole honor a su nombre, me abrió la puerta de su mundo y compartió conmigo días de sol y tardes de playa, contándome sus historias de Corrientes, de su pueblo Santa Lucía, acompañándome en la tristeza cuando recordaba a Shunsho; presentándome la alegría cuando nos visitó su hija y la paciencia cuando arribó su marido.
Si algo me han dejado estas vacaciones es la palabra GENEROSIDAD, así en mayúscula. .
Volví repleta de abrazos, de confesiones, de noches interminables de charla y vino con el CD de Laura como fondo y el canto de los grillos acompañando su canto.
No tengo mucho más para contar, pero alguna anécdota invadirá mi cabeza y buscará la forma de un nuevo po(u)st.
Montevideo; Punta del Este son lugares maravillosos, mirarlo en fotos no es vivirlo.
Nada es igual cuando vivimos los lugares y nos devuelve recuerdos generosos.

lunes, 5 de marzo de 2007

Oíd el ruido de rotas cadenas... (II)

Bueh, volví.
Cris o sea: http://naderias.blogspot.com/ me dejó un regalito.
Acá estoy rompiendo cadenas una vez más.

1. ¿Por qué comenzaste a escribir un blog?

Porque Patomusa y Ginger me inflaron los ovarios. Pato, no solo hizo eso sino que es la creadora oficial y artística de mi Blog. Hace mucho que no entra y, hasta que no regrese, no pienso tocarlo. Salvo que me obligue Mr. Beta. (Me acaba de amenazar con que ésta es la última vez que puedo entrar a la versión vieja). Estuve a punto de gritarle ¿Vos y cuántos más? pero, mejor guardo un respetuoso silencio.

2. ¿Sobre qué temas escribes? ¿Por qué?

Me gusta la poesía pero no vivo en poesía, con lo cual de tanto leer a buenos poetas, me animé a fingir poesía. El poeta es un fingidor, hasta finge que es dolor el dolor que de verdad siente, supo decir Fernando Pessoa. Quizá algún día sea poeta desterrando dolores.
¿Por qué? Porque exorcizo, porque me limpio, porque purifico el aire que me rodea cuando escribo.

3. Si la gente dejara de leerte y comentar, ¿seguirías escribiendo?

Occcccccccbio. Escribo desde antes que Bill Gates fuera Bill Gates. Tengo cuadernos de tapas duras llenos de garabatos con forma de palabra. Creo que los comentarios son un tema aparte. Un rincón para juntarnos y no siempre hablar sobre el post de turno.
Por ejemplo este post me sirve para llorar un poco menos. Se murió Shunsho, ésa metáfora de la caricia ya no vive conmigo. Ya no vive. Punto final de los finales.

4. ¿Crees que al escribir un blog debe seguirse algún tipo de ética?

Sí.

5. ¿Crees que formas parte de una comunidad? ¿Por qué?

No conozco a nadie que no forme parte de una comunidad.
Porque salgo muy poco.

6. ¿Tienes algún grupo cercano de blogueros con el que te podrías poner de acuerdo para lograr algo?

Tengo.

7. ¿Crees que los blogs van a cambiar/están cambiando algo en la sociedad/mundo político/etc.?

No se trata de una cuestión de fe. A las palabras hay que ayudarlas con hechos. Sospecho que a los Blogs, también.

8. ¿Qué te gustaría poder hacer dentro de la red para profundizar lo que haces con el blog y por qué? ¿Podcast/videocast, comunidades, wikis, redes sociales,etc.?

¿Wikis? ¿Qué catzo es eso? Me parece que debiera o debiese profundizar en el idioma cibernético, pero no tengo ganas. En mí, la vagancia es una adicción.

Y ahora el momento de la maldad:

Mi maldad tiene un límite: romper (además de las pelotas) cadenas.