domingo, 30 de agosto de 2020

Único recuerdo

 

Me preguntaste si recordaba un recuerdo alegre con mi hermano. No pude recordar uno pero, mientras me lavaba los dientes apareció uno: no era con mi hermano solamente, era con Ana María, la madre de Alberto. Yo debí tener ocho o nueve años. Era gorda. Ana María era lo más parecido a Twiggy pero en versión morocha y para los ojos de una nena de ocho o nueve años, ¿debo recordar que, además gorda?: flaquísima; pelo lacio y largo con una súper minifalda que le quedaba maravillosa. La conocí y la adoré. Era todo lo que yo no era. Además era simpática. ¿Cómo no amar lo que querés ser y tu genética no te lo permite? (Al menos no me lo permitía en ese momento y, en ese momento ser gorda era no exisitir, era ser el objeto de todas las burlas. “Gorda Mumú” era mi apodo). Fuimos al Cine Ópera de la calle Corrientes y Callado. Vimos “Sammy la foca loca”. En el momento de la película, la pasé bien. ¿Fui feliz? Puede ser. Any me agarraba la mano y no me sentía una gorda despreciada. Creo que después me llevaron a ver “Cupido Motorizado” pero, de nuevo, la felicidad vino por el lado de Any pero de alguna manera se la adjudiqué a mi hermano porque de no ser por él no la hubiera conocido.
Único recuerdo.

lunes, 3 de agosto de 2020

Eider Rodríguez.

P. ¿Le ha cambiado algo la pandemia, su manera de ver lo que nos rodea?

R. No tengo mucha perspectiva todavía, no puedo observar la pandemia como historia finita, estamos todavía dentro de ella, ni siquiera sabemos adónde nos va a llevar realmente. Sí me hace ver que la existencia humana, poniéndome casi camusiana, es una existencia terriblemente volátil, mucho más débil de lo que nunca hemos llegado a sentir. En ese sentido, la literatura como la entendemos ahora juega un papel curiosamente anacrónico e inútil, porque si algo tiene la literatura es que ahonda en el alma humana, y a estas alturas de la historia esto parece irrisoriamente pasajero. Por eso, quizá es ahora cuando menos tenemos para perder y más tenemos que arriesgar.

viernes, 17 de julio de 2020

FLOPO

[6:54 p. m., 17/7/2020] Duda: Estoys hablando del naranja y verde de mi vida.
[6:54 p. m., 17/7/2020] Duda: Es una señal descubierta muy tarde.
[6:54 p. m., 17/7/2020] Duda: Andá y escuchá el tema
[6:55 p. m., 17/7/2020] Duda: Me quedó el naranja y verde nada más. Que mina pelotuda que soy
[6:56 p. m., 17/7/2020] Flopo: Ya conozco el tema
[6:56 p. m., 17/7/2020] Flopo: Está bueno
[6:56 p. m., 17/7/2020] Duda: Es divino el tema
[6:56 p. m., 17/7/2020] Duda: Escuchalo ahora.
[6:57 p. m., 17/7/2020] Duda: Como si lo escuchara yo a los 19
[6:57 p. m., 17/7/2020] Duda: Me quedó solo el naranja y verde.
[7:02 p. m., 17/7/2020] Duda: Sí. Una señal que nadie tuvo en cuenta. Ni yo. ¿Para que mierda sirven las señales?
[7:09 p. m., 17/7/2020] Flopo: Para nada supongo
[7:12 p. m., 17/7/2020] Duda: Gracias. En momentos en los cuales hago preguntas que sé, son pelotudas, agradezco respuestas esclareceroras.
[7:13 p. m., 17/7/2020] Flopo: Jajaja
[7:13 p. m., 17/7/2020] Flopo: Estoy a tu servicio
[7:13 p. m., 17/7/2020] Duda: Gracias, hijita.

miércoles, 15 de julio de 2020

Mi nostalgia parece aburrir a un ser superior.

"Vos hablás de tu nostalgia como si fuese un dogma universal".
Me lo dice alguien que quiero.
Tengo que hacer una lista de las personas que quiero.
Esta persona detesta la nostalgia y, sospecho, me detesta. Lo que yo escibía alguna vez lo definió como "esos poemitas tuyos". Poemitas. No sé porque no la mandé a la mierda para siempre cuando dijo eso. Suelo ser paciente con la gente que elijo querer, aunque me parece que me estoy equivocando.

¡Ojalá mi nostalgia fuese un dogma universal, pelotuda!!!

"El hecho de ser habitados por una nostalgia incomprensible sería, al fin y al cabo, el indicio de que hay un más allá".

Lo dijo Eugene Ionesco y, seguro, esta personas de la que estoy hablando, aprobaría lo escrito pero, si lo digo yo, soy una depresiva. No es la primera vez que intenta recomedarme psiquiatras que a sus amigas le hicieron bien.

Ella es la mejor. La más querida. La más viajada. La más amada. La más rápida y la más inteligente. Fuma. Y se siente orgullosa de fumar. 

A veces yo también detesto mi nostalgia. Y extraño mi necesidad de escribir poemas. "Poemitas" para algunos.






domingo, 5 de julio de 2020

¿Hasta cuándo la mentira?




Día 105. Julio 5 del año de la recalcada concha de CK.

Si alguna vez puede contar mi tristeza o mis alegrías utilizando el alfabeto me pregunto por qué no puedo hacerlo ahora. Debe ser porque las hormonas gobernaban no solo mi cuerpo, también mi compresión e intelecto. Hoy que las hormonas me dejaron puedo decir: la mayoría de lo que leo es tan falto de valor, tan simple y patético que me aferro al silencio. Comprendo que les haga bien vomitar sus pobres vidas en espacios gratuitos. Sospecho que se sienten bien. Alguna vez consumí ese placebo pero, leer a gente grande que escribe como si tuviera 24 años, contando sus sentimientos, sus “sentires”. ¡Qué cosa triste se volvió la escritura! El don de escribir. Antes supo ser un DON; no cualquiera escribía. Ahora con esta cosa de haber menos analfabetos cualquiera se bautiza “escritor”. Cualquier bruto, escribe y cuentan de sus olvidables vidas. Sus desayunos y la comparación del café con el gorrión que se “posa” en su ventana y no sé qué asociación hacen del gorrión con el café seguramente patética. Está bien que escriban pero no lo publiquen. Está bien que lleven un diario íntimo. Pero dejen que lo lean sus familiares cuando ustedes estén muertos. No sé, algo de dignidad. Algo de autocrítica. Algo de decir: “No esto es una bosta, y si alguno me dice que es una genialidad o que “escribo lindo”, seguro ni leyó “Platero y yo”, entonces porque me debo sentir agradecida por sus comentarios?”.
Nunca me sentí bien entre los mortales de estos tiempos. Hoy me siento un poco más ajena, bastante más lejana.

P.D. ¡MALDITOS CHINOS!