lunes, 11 de mayo de 2009

Por eso te vas.

No entendieron, ni entienden, ni entenderán. Me importaba tan poco lo que ellos pensaran si hubieras sido verdadero. Pero vos tampoco entendiste. Me usaste de peón en tu ajedrez. Tardaron en comerme pero lo hicieron y me dejaste al costado del tablero. Seguís jugando. Defendiendo a tu reina de turno. Coronándote rey. Sin embargo que tristeza hay en tus ojos. Cuánta tensión en tus labios. Todavía te reconozco de lejos, todavía me provoca ternura mirarte. Mirá que te combato. Mirá que lucho y me enojo pero, ya lo dije, cómo esquivar la ternura.

Nada es lo que parece por eso te vas con el otro que sos a cuestas. Pedís que me cuide y claro, voy a cuidarme. Cuando no estás una extraña fortaleza se acomoda en mis días puedo hacer lo que quiera y lo que quiero es esperar tu regreso, atrincherada para esquivar posibles desengaños. Borges lo dijo mucho mejor que yo: el tiempo nos enseña a eludir equivocaciones no a merecer aciertos.


SFW

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