Digo: no más y ruedan todas las posibilidades. Una gran montaña de piedritas de canto rodado se desparrama y de ahora en adelante el suelo que pise estará cubierto de piedritas, (piedras, no. Piedritas y toda la suma de mi odio a los diminutivos). Necesitaré agudizar mi equilibrio para así acostumbrarme. Todo es una cuestión de costumbre, (como comer sin sal/como dormir solita). Caminaré sobre mis posibilidades derrumbadas, así mi aburrimiento estará acompañado de pequeñas piedritas de canto rodado. Algunos podrán edificar sólidas construcciones, no es mi caso. Otros fracasarán en el intento de construir caminos pero fracasarán mejor, por ahí les sirve.
Digo: no más. Lo bueno de no esperar nada es que no genera adicción. Lo malo, claro, es lo bueno.
Me voy a perfeccionar en el juego del tinenti, sepan comprender la demora.
Digo: no más. Lo bueno de no esperar nada es que no genera adicción. Lo malo, claro, es lo bueno.
Me voy a perfeccionar en el juego del tinenti, sepan comprender la demora.
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