jueves, 8 de enero de 2009

Miedo mío

Esta es mi única vida y una vez es nunca. Tengo a Kundera dando vueltas en mi cabeza con aquello de “Einmal ist Keinmal” (lo que sucedió una vez pudo no haber sucedido nunca). Pude no haber sucedido nunca, sucedo únicamente ahora y una vez es nunca. Imposible no andar con la insoportable levedad a cuestas. Aceptar a mis decisiones como irrelevantes es irritante aunque por ser como son no me atan pero me ato sola y algo parecido a la envidia se instala y apunta a tantas personas que no tienen la menor idea de lo que estoy hablando pero parecen tranquilas, se consideran felices aunque su paso por el mundo carezca, también, de importancia.
Y esta sensación que no me abandona de sospechar que todo lo que debí decir lo dije y la pregunta obligada: ¿tan pocas cosas tenía para decir? Y el muro que se levanta cada vez que quiero escribir porque lo que siento me aburre y escribir sobre lo que no siento no me sale. Esta confusión de utilizar a las palabras para exorcizar tristezas que han debido tomar algún antídoto, porque las tristezas quedan por más año nuevo que tenga delante de mis narices, porque se parecerá al anterior porque sigo siendo yo, con toda mi carga, irrelevante, pero carga al fin. Conocer lo que no quiero no hace más que confirmar que el nuevo año será una simple variación del anterior y, lo confieso, tengo miedo.

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