miércoles, 19 de agosto de 2009

Antípodas


La veo solitaria en sus domingos tan lejanos. Apostando a los márgenes, la oscuridad, lo indecible. La veo justificando ausencias y festejando regresos. Inventando soles en una habitación sin luz. La veo abrazada a una verdad que la engañó desde el comienzo, que le robó la posibilidad de elegir. La veo escribir en un cuaderno de tapas duras: “Fue. Nunca volverá a ser” y compruebo la maldición del lenguaje escrito que puede resucitar los sentimientos, el tiempo perdido, las circunstancias que enlazan un hecho con otro, pero no puede resucitar la realidad. La realidad no resucita. Nace de otro modo, se reinventa y es cuando me veo tan distinta. No distinta como el día y la noche de un paisaje: distinta como dos paisajes irreconciliables.


SFW

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