jueves, 12 de julio de 2007

Sombras

Yo te cuento, pero me tenés que prometer que no se lo vas a decir a nadie. Viste como son. Te sacan de mentira a verdad y después quedás como una tarada. Bueno, el tema es que Julio no es Julio solamente. ¿Me dejás terminar de hablar? Sí, sí, yo entiendo, el que no entiende es él. Me contó que la otra noche, cuando volvía a su casa, le pareció que alguien lo acompañaba. Primero pensó en un chorro, viste que ahora te matan por un par de zapatillas... Bueno, entonces apuró el paso y escuchó que su sombra le pidió que, por favor, no caminara tan rápido. Sí, nena, escuchaste bien. Su sombra.
Julio se detuvo y la sombra agradecida. No te das cuenta, le dijo, pero estamos muy cansados vos y yo. ¿Cómo? Le preguntó Julio, que a esa altura me lo imagino apoyado contra la pared, pálido y preguntándose: ¿por qué a mí???. Sigo, la sombra de Julio tomó la palabra porque él estaba demasiado acelerado con el laburo y el tema de su mujer que se va, que se queda. Además parece que conoció una minita que lo tiene loco, pero viste como es. Ni alcoholizado le va a decir que le gusta y así anda, escribiendo poesías en Mac Donal’s en lugar de comerse la hamburguesa. No, a mí me parece que dentro de todo tiene una sombra bastante piola. ¡Claro que le creo, tarada!. ¿Justo vos me lo preguntás?; Bueno, si te vas a reír no te cuento nada. Después de todo, Julio me dijo que no se lo contara a nadie y vos serás mi amiga pero él también lo es, ¿viste?. Esta bien, esta bien... sigo. La sombra lo invitó a tomar una ginebra. Cuando pares de reírte, continúo. ¿Cómo qué dónde? Qué sé yo donde lo llevo la sombra pero no fue a un bar, no... creo que me dijo que fueron a una plaza, cerca del cementerio. ¡Y qué sé yo, nena! Él me dijo que tomó ginebra con su sombra, alguien se la debe haber servido. No hagas preguntas bobas, por favor! La cara de la sombra era su cara, pero sucia, vos sabés que andan por el suelo arrastrándose, roñosas tienen que estar. Conversaron mucho, a Julio no le gusta hablar demasiado pero, claro, con él mismo debe ser diferente. No, no me contó todo lo que hablaron pero sé que llegaron a un acuerdo. Parece que la sombra lo convenció de hacer un viaje al sur para probar suerte. Siempre quiso vivir allá y no se animaba, decía que Marina no quería, que su trabajo, excusas... pero ahora la cosa cambió además, con intentarlo no pierde nada y su sombra agradecida. Una cosa es andar arrastrándose por la ciudad y otra muy distinta por bosques y caminos verdes. Todo el sur es verde, me lo dijo Julio. Para mí es verde y azul, pero no le dije nada, viste como es. ¡Qué va a estar loco! No, lo que pasa es que andás un poco celosa me parece, además, no sé para que me pongo a charlar con vos, siempre toda mugrienta, andá, andá a tu lugar que acaban de tocar el timbre y lo único que falta es que te vean ahí sentada, tomando mate. Cómo explico que sos mi sombra, que te dolía la espalda porque casi te la fracturo subiendo los nueve pisos por la escalera. Dale, andá a tu lugar que voy a abrir la puerta.
Otra cosa, a ver cuando te aparecés con una ginebra vos...

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