miércoles, 3 de enero de 2007

Oíd el ruido de rotas cadenas...

Maru o sea: http://siquieroescribirescribo.blogspot.com/ me nominó.
Desde el más profundo respeto y cordialidad sigo con la cadena, siempre desde el amor les contaré cinco cosas que nadie sabe de mi, y si las saben, se joden. Después veré a quien nomino, los insultos me los dicen en la cara, me los dicen ¿clarito???
Hoy me levanté patotera. ¿Y quéeeeeeeeeee?

Se va la primera: a los nueve años ya tenía un espíritu contrera. Fui educada en un colegio de monjas, cuyo nombre prefiero no recordar. Resulta que la cosa esa de tragar la hostia sin masticarla no me cerraba. La historia del cuerpo y la sangre de Cristo, menos. El tema es que mi viejos tenían panadería y compraban cajas de hostias para las decorar las tortas de la Primera Comunión. Resumo: tres amigas y la que escribe se morfaron toda una caja masticándolas. No, si para transgredir siempre fuimos unas intrépidas.

Se va la segunda: siguiendo con la noble institución que tuvo la tarea de desorganizar mi sabiduría, les cuento que teníamos una profesora de contabilidad que se hacía llamar Sra. Pocha. Todo lo que se imaginen de éste personaje queda chico, con lo cual no me detendré en describir al engendro. El tema es que la muy desconsiderada intentó tomarnos una prueba sorpresa para saber cuánto ignorábamos de su materia. Su error fue comentarlo en la sala de profesoras justo cuando pasaba una compañera. Sin teléfonos celulares, porque en esa época casi ni teléfonos había; haciendo un operativo comando que reíte de los Ángeles de Charlie, logramos ubicar al novio de una amiga que padecía a la Sra. Pocha tanto o más que yo. Llegamos al teléfono de dirección y le dijimos que llame y avise que se estaba incendiando la casa con la madre y el gato adentro. La prueba no la tomó. La vimos huir escaleras abajo, atropellando a la Madre Rosalía, que vendría hacer algo así como la carcelera mayor aunque ella prefería que la llamen Madre Superiora.
La próxima clase que tuvimos con la Sra. Pocha, previo discurso, dijo que no tenía pruebas pero que sabía que en ésa división había un grupo de inadaptadas. “Decinos algo que no sepamos”, pensamos.
Nos tomó la prueba y aprobamos. Algunas inadaptadas, cuando estudian, aprueban.

Se va la tercera: una vez quise matar a un hombre. Ése hombre es el padre de mi hija. El 26 de junio de 1994, el infelí, la paso a buscar cuatro horas más tarde de la hora acordada. Como Florencia lo estaba esperando con tantas ganas no lo mandé al carajo y permití que saliera. La llevó al Jardín Botánico. Con esa pelotudez que lo caracteriza en todos los actos de su vida no tuvo mejor idea que comprarle esos chiches que venden (espero que ya no los vendan más) en la puerta, que consta de dos pelotitas que giran y están unidas por un alambre que los nenes llevan en la mano y el puto juguete se mueve hacia delante haciendo la felicidad de vaya a saber que nabo. El tema es que el padre, seguramente mirando como copulaban dos cotorritas en celo y lesbianas, en lugar de mirar a Flopo que tenía seis años recién cumplidos, no se dio cuenta que la gorda se tragó un escalón y se metió el alambre del juguete en el ojo. Casi pierde el ojo. Si no lo perdió, además, no fue gracias a el. Diagnóstico: paresia de oblicuo superior del ojo izquierdo. La operaron el 23 de mayo de 1995, después de una suma de estudios y exámenes.
Una vez quise matar a un hombre. Cuando me vi parada en la puerta de una armería mirando con cariño un revólver con silenciador, decidí que era hora de visitar a una psicóloga. Ella, luego de algunas charlas, estuvo a punto de recomendarme un arma mejor, pero preferimos seguir con el tratamiento.

Se va la cuarta: generalmente lavo la ropa a las tres de la mañana. Es un lavasecarropas, no hace mucho quilombo y al despertar tengo la ropa limpia.

Se va la quinta: hasta los diez años pensé que era adoptada. Todavía lo sigo pensando, Carolina de Mónaco es mi hermana y ella no está enterada, si alguno la ve ¿le puede avisar???


Nominar, no voy a nominar a nadie porque si algo me gusta es cortar las cadenas. Si alguno quiere seguirla lo dejo en plena y absoluta libertad de hacerlo.
Buenas tardes, mucho gusto.

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