martes, 21 de agosto de 2007

Tortazos.



Yo no sé; últimamente tengo la poesía desconcertada.
Tal vez me hartó mirar el mundo desde la nostalgia; tal vez he confundido poesía con vaselina (como decía Oliverio); tal vez terminé un ciclo y comienzo otro.
Será que los tortazos que me dio la vida estos dos últimos años modificó mi forma de mirar y la poesía se tomó otro bondi y me dejó con la cara de un perro callejero esperando una caricia que no llegará.
No sé.
Hay algo dentro de mi que se cerró para siempre.
Y no sé si dar una bienvenida a lo que se viene o mandarlo al carajo.

No hay comentarios.: