Sé de voluntades que consiguen lo buscado; de ausencias que son victorias y las otras, las que incendian de tristeza las ganas.
Sé que somos reemplazables aunque llevemos algunos nombres dormidos en la piel y el mínimo roce pueda despertarlos.
En algún arrabal mi esperanza bosteza.
Sé que con extender la mano otra mano alumbrará una salida.
Sé, hacedor de imposibles, que debo pedir, pero no quiero hacerlo.
Sé que te confundí en otros y, si los amé, fue porque te buscaba.
Supe de memoria todos los ojos que pude amar, de lo que no fui capaz fue saber que podía quedarme sin memoria.
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