jueves, 17 de agosto de 2006

No aprende...

Sabe, una por una las cosas que no debe hacer.
Pero repite errores.
No aprende. Tal vez no le esté permitido hacerlo. Tal vez, la equivocación es su forma de vida.
Desesperadamente busca el dolor. No le escapa a la risa, pero la alegría la abandona sin permiso y se convierte en otra que luego olvida y olvida el daño cometido. Olvida palabras, olvida gestos.
Es débil. Lo sabe. No se siente orgullosa de su debilidad pero, no aprende.
Recibe ayuda, escucha opiniones y hace lo contrario.
Si fuera mi amiga, no la comprendería.
Si fuera mi pareja, la dejaría.
Si fuera mi madre, no la perdonaría.
No se puede confiar en aquellos que no aprenden.

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