viernes, 18 de agosto de 2006

Resignación

Las palabras que siguen las escribí en el año 1996.
Me releo. Kill en su Blog contesta a un mensaje mío con “Besos y resignación” por eso vuelvo a buscar mis palabras, éstas en las que casi aceptaba la resignación como una de las formas de la felicidad. Por un tiempo creí que no. Aposté a mi sueño, terminé con la resignación. Estaba segura que el amor era la mejor forma para alcanzar la felicidad sin sospechar siquiera que uno puede encontrar el amor pero no significa garantía de dicha alguna, sobre todo, como me alertó Alejandro Dolina, en el Barrio del Ángel Gris (el barrio de Flores, mi barrio) que es también el barrio del desencuentro .


Estar y estar tan lejos al mismo tiempo. Soportar los días repetidos y las noches hechas para dormir o descubrir programas en la T.V., añorar aquellas otras en las que dormir no existía en los diccionarios. Tampoco en los relojes, ni en el alma.
Escapar sin ningún movimiento. Saber que quise esta prisión, que opté por ella, que yo misma cerré la puerta y tiré la llave.
Y sin embargo, sin embargo llorar al escuchar un tango, un rock; al oír las voces del pasado repitiéndome frases que creía perdidas para siempre; recordarme hace tiempo, cerrar los ojos, querer huir, optar quedarme en el encierro.
Que soy libre lo sé. Lo que no entiendo es para qué lo soy, si hice conmigo aquello que anhelé pero no alcanza. Otra vez no alcanza.
Otra vez el hastío, la cama sin hacer los domingos, el sol que sale y yo bajando la persiana.
Dormir. Este no estar estando. Este gritar cerrando la boca. Este correr entre sueños para evitar hacerlo al despertar. Me rodean afectos, mis amados libros, mis pequeñas cosas que guardo en el cajón que ya no abro. No, no alcanza.
Pero tal vez, sí alcance y no pueda comprobarlo hasta perderlo.
Quizá el tema pase porque dejé de buscar; me siento resignada por haber encontrado aquello que fue mi objetivo en la época en que sabía lo que buscaba.
Resignada.
¿Será esta una forma de felicidad?
¿Alguien ha logrado una dicha continua?
¿Qué es la felicidad? ¿Trozos del pasado? ¿Momentos del presente? ¿Recuerdos del futuro?
¿Qué sos felicidad? Cuándo te encuentro me pareces idiota y cuándo te pierdo invoco los momentos en los que estuvimos juntas y te dejé partir por aburrida, por repetida, por ese perfume a flores viejas.
Vuelvo a no saber nada.
Regreso a este mundo pesado. Si no fuera por los chicos me costaría tanto abrir la puerta... tanto como en todos mis pasados.
Tal vez no se deba aprender las ganas, las risas, la necesidad de un cuerpo por la noche. Tal vez no se aprenden esas cosas y yo, tristemente, las aprendí y tarde descubro que no era este el camino, ni la puerta, ni el hogar.

No hay comentarios.: