viernes, 11 de agosto de 2006

No pudo ser.

Primero doblé la alegría en dos partes, luego en tres, en cuatro. Casi no ocupa lugar en mi alma; la doblé para que no la encuentres. Después seguí con la esperanza; se limpió las rodillas, se subió las medias, se sentó en el umbral del porvenir, le hablé bajito, supo comprender. La paciencia está preparada; sabe del camino y las caídas.
Igual, alegría, esperanza y paciencia despedimos el nosotros; también tu voz, tus nombres, los años, las esperas, los amaneceres, la clave y las avenidas. Despedimos mi luz, el amor, el sentido, los engaños, la locura, las mariposas, los colibríes y, claro, también tu imagen despedimos, ésa imagen que descubrimos pero no pudo ser. No existe.

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