martes, 17 de octubre de 2006

Olga Orozco

El 15 agosto de 1999 murió Olga Orozco.
Estaba con furia y no dejaba de apretar los puños. Fue la poeta del obstáculo, del desencanto, de la terrible belleza. En ella la esperanza era eso que se nos escapa al cerrar la mano, nunca aquello a lo que se llega.
Me enseñó que mi pena es única, indeleble y que tiñe de imposible cuanto miro.
Las diosas nos dejan para ser inmortales y volver a encender, en un día cualquiera, el polvo y los escombros.


Lo que fue, lo que no ha sido.

Hay en lo más secreto de ti, sin que a veces lo sepas,
un desván en tinieblas donde sólo se cruzan las lluvias y los vientos,
donde un vaho letárgico empaña los espejos de los días
y duermen en los rincones los ropajes de lo nunca alcanzado y lo perdido.
Pero no es un lugar donde puedas entrar
como si te asomaras a un refugio de arena que un soplo desmorona,
porque no es un depósito violado por las rapiñas del olvido,
ni un sueño de la muerte,
Si no sólo el letargo de la llaga y del hambre agazapados.
A veces basta un soplo,
precisamente un soplo que vuelve con un rumor, con un perfume,
o que anuncia el desvelo de la hierba en un jardín remoto,
y de repente se sobresalta el tiempo, se despereza el mundo,
y todo ese sopor desaparece como un velo arrasado por una llamarada.
En cada imagen que guardó el deseo,
entre los cielos siempre inabordables y aquellos asombrosos paraísos cumplidos,
se multiplica en un instante el sol, se estremece la luz,
se astillan en tus ojos los colores.
Insoportables los destellos del oro, insufrible la sed de la distancia,
escasa la medida de tus pasos detrás del horizonte fugitivo.
No llegarás jamás.
No hay lugar para tu alma dentro de los secretos rincones que te habitan.
No alcanzará tu mano lo que fue;
tampoco lo que nunca ha sido.
Pero ¿acaso no son esas moradas imposibles tus verdaderas propiedades,
ganadas palmo a palmo para los territorios de los eternos bienes?
¿No son como la inmóvil, inalterable cara de una misma moneda
que lleva en el reverso el precio que pagaste:
la confusa, la incierta, la cambiante, la sorpresiva cifra del presente?

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