martes, 29 de abril de 2008

Pensamientos en la ducha...

Hoy es el día del animal. Extraño a Shunsho. Quiero un perro. Un perro como Highlander, con garantía por 104 años. (Ya sé que Highlander era inmortal pero a mí con 104 años me alcanza porque es el estimado que pienso vivir para romper las pelotas a mi descendencia y salir en Crónica TV apagando las velitas y todas esas gansadas).

No. Ni en pedo me compro un robot. Tiene que ser un perro perro. Un perro chiquito pero perro al fin, con alma incorporada. Que sea peleador, al próximo lo quiero peleador, bueno en realidad peleador, no, porque si es chiquito alguno grandote se lo puede comer y ya avisé que lo quiero con garantía por 104 años, pero las garantías no se hacen responsables de perros con vocación de alimento balanceado. Así que lo quiero con un humor de mierda con los extraños pero maravilloso con nosotras. Shunsho fue demasiado bueno. Carajo, como lo extraño. Por eso, porque lo extraño, necesito otro perro no para que lo supere sino para que me duela menos abrir la puerta de casa. Pero no tengo que pensar en mí, si tengo un perrito nuevo, ¿cómo hago cuando me voy de viaje? Porque me voy a ir de viaje. No sé adónde pero que me voy, me voy. Flopo no quiere saber nada. A veces es más sabia que yo la mocosa de mi hija.
Tengo ganas de tener un pichicho inmortal, pero me parece que, una vez más, la realidad no se acomoda a mis ganas.

No hay comentarios.: